Un país en el tobogán

Un día los habitantes de un país se levantan y cuando miran su propia tierra empiezan a sentirla extraña y amenazante. El país que ha conocido injusto pero libre se va convirtiendo en un país injusto en otro sentido, pero atrapado por la garra de una dictadura. El verde frescor del Ávila se antoja opresivo como las selvas del Corazón de las tinieblas de Conrad.

Recuerdo la percepción de la Venezuela anterior a Chavez. Un país de gobernantes corruptos, de misses y muy rico. Un lugar donde el español emigrante podía empezar una nueva vida. El venezolano de clase media alta era el yankee del sur, con poder para comprar, viajar y consumir.

Conforme desde la distancia voy viendo el fenómeno chavista siento un deslizamiento hacia abajo que se acelera con el paso del tiempo. Las expediciones subvencionadas de afectos al régimen, los creyentes y los funcionarios obligados, se oponen a los estudiantes y al resto de orgullo que le queda a la clase media de un país que cae más, más y más. Mientras, el vozarrón untoso de Chavez se impone en su mediocridad populista sobre la masa. La divertida percepción del chistoso televisivo va transformándose en una pesada losa que oscurece todo el país. Ya la clase media no le rie las gracias. Poco a poco se hunde en la depresión y huye o se lanza a especular con automóviles con el cambio monetario que llega. Un venezolano sirve pizzas en Londres, una compatriota maletines para ordenadores en Alfafar y la diáspora no cesa.

La lección venezolana está clara. Chavez tiene la base social del marginado que por una vez se siente importante en un país donde no fue nadie. Las clases medias dejaron crecer el cáncer de la injusticia y ahora tienen que hacer frente a las veleidades de un líder que se puede permitir la misma camarilla de amiguismo y corrupción anterior en un ambiente de control de las comunicaciones. Los ranchitos siguen existiendo mientras los buhoneros invaden Caracas. El petroleo tapona las arterias de la democracia y Chavez parece ha conseguido convertir Venezuela en su patio privado.

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