Evo Morales
En el siglo XIX, cuenta la leyenda, que el embajador británico fue humillado y obligado a dejar La Paz y abandonar Bolivia. La reina Victoria, furiosa por el trato recibido pidió ver en un mapa Bolivia y la tacho condenándola a ser olvidada. La falsa leyenda, sin fundamento histórico, parece que haya marcado el destino y los vaivenes de un país pobre, atrasado y siempre al borde de la guerra civil.
Estos días se decide en Sucre el destino del país en forma de una nueva Carta Magna. La refundación del viejo Alto Perú, que se debía haber consensudado entre todos los bolivianos, parece que va a ser aprobada con el exiguo 50% que le dieron las urnas al MAS. La oposición, derechista y mayoritariamente criolla saca sus fuerzas a la calle y los muertos se apilan una vez más. Evo Morales jamás tuvo vocación demócrata. Al mejor estilo populista impuso sus razones a fuerza de bloqueos y barricadas levantando las fuerzas indígenas contra la minoría opresora criolla. Al reseco pueblo aborigen no le faltaban motivos para la violencia. Los diferentes gobiernos, partidos e ideologías siempre los han relegado al papel de comparsas. Han ignorado sus idiomas, han ninguneado sus tradiciones y los han relegado al estado de siervos en su propia tierra. Evo, en realidad tan mestizo como muchos de los que se las dan de blancos, ha jugado la baza de la fuerza, ha movido voluntades interesadas y ha ido estrangulando el poder hasta convertirse en la única alternativa. Carlos Mesa, creo que bienintencionado, periodista que gobernó tras la espantada de Goni fue incapaz de ponerle el brocal al toro, mientras Morales azuzaba el bicho por la trasera.
Jamás tuvo Morales la intención de ejercer de espíritu conciliador ni de unificar la patria. Nada de sensato Mandela o pacifista Gandhi. Como tantos antes que le antecedieron hizo uso de la diferencia para alzarse como vocero de una de las mitades de la república boliviana. Aconsejado por otro salvapatrias, que anda acabando con la suya propia, Hugo Chávez y viviendo del maná petrolero del venezolano pudo aguantar los primeros años de gobierno. La democracia de las clases abandonadas a la suerte de la incultura es una bomba de relojería que aúpa dictadores y golpistas al poder. Como sólo de ellos es la verdad, cuando han hecho uso del resorte democrático cortan la escala y se perpetúan .
En las noticias sobre los disturbios reconocí el palacio de los príncipes de Argandoña, caserón familiar cercano a Sucre que en mi visita apenas era más que una vieja y hermosa ruina. Poco hubiera imaginado la cosmopolita pareja del futuro de su donación. De orfanato a escuela militar y cuartel En el recinto militar que lo envuelve los indígenas han tomado el fuerte del séptimo de caballería y son los blancos los que les lanzan flechas. El país se desgarra por Santa Cruz, la minoría mestiza protesta violenta y Evo Morales ha perdido su turno y su posibilidad de poner orden y paz en un país hermoso como pocos.
Estos días se decide en Sucre el destino del país en forma de una nueva Carta Magna. La refundación del viejo Alto Perú, que se debía haber consensudado entre todos los bolivianos, parece que va a ser aprobada con el exiguo 50% que le dieron las urnas al MAS. La oposición, derechista y mayoritariamente criolla saca sus fuerzas a la calle y los muertos se apilan una vez más. Evo Morales jamás tuvo vocación demócrata. Al mejor estilo populista impuso sus razones a fuerza de bloqueos y barricadas levantando las fuerzas indígenas contra la minoría opresora criolla. Al reseco pueblo aborigen no le faltaban motivos para la violencia. Los diferentes gobiernos, partidos e ideologías siempre los han relegado al papel de comparsas. Han ignorado sus idiomas, han ninguneado sus tradiciones y los han relegado al estado de siervos en su propia tierra. Evo, en realidad tan mestizo como muchos de los que se las dan de blancos, ha jugado la baza de la fuerza, ha movido voluntades interesadas y ha ido estrangulando el poder hasta convertirse en la única alternativa. Carlos Mesa, creo que bienintencionado, periodista que gobernó tras la espantada de Goni fue incapaz de ponerle el brocal al toro, mientras Morales azuzaba el bicho por la trasera.
Jamás tuvo Morales la intención de ejercer de espíritu conciliador ni de unificar la patria. Nada de sensato Mandela o pacifista Gandhi. Como tantos antes que le antecedieron hizo uso de la diferencia para alzarse como vocero de una de las mitades de la república boliviana. Aconsejado por otro salvapatrias, que anda acabando con la suya propia, Hugo Chávez y viviendo del maná petrolero del venezolano pudo aguantar los primeros años de gobierno. La democracia de las clases abandonadas a la suerte de la incultura es una bomba de relojería que aúpa dictadores y golpistas al poder. Como sólo de ellos es la verdad, cuando han hecho uso del resorte democrático cortan la escala y se perpetúan .
En las noticias sobre los disturbios reconocí el palacio de los príncipes de Argandoña, caserón familiar cercano a Sucre que en mi visita apenas era más que una vieja y hermosa ruina. Poco hubiera imaginado la cosmopolita pareja del futuro de su donación. De orfanato a escuela militar y cuartel En el recinto militar que lo envuelve los indígenas han tomado el fuerte del séptimo de caballería y son los blancos los que les lanzan flechas. El país se desgarra por Santa Cruz, la minoría mestiza protesta violenta y Evo Morales ha perdido su turno y su posibilidad de poner orden y paz en un país hermoso como pocos.
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