Hola

¿Cuantas veces diremos o nos dirán hola a lo largo de nuestra vida?. ¿Cuantas veces una sonrisa cordial es el inicio de algo grande?. Nunca sabemos cuando nos levantamos si ese será un día de un hola fundamental o el de un adiós inevitable.
Necesitamos ese enganche de sensibilidades entre nuestra propia percepción como individuo y nuestra integración en nuestra especie como colegas de clan o como individuos necesitados del complemento del sexo. El hola de una madre al bebé recién nacido, el hola de la maestra al niño que empieza en la escuela, el hola a un amor que aparece, el hola a ese amigo que siempre lo será o el hola a ese cliente de una hamburguesería en el centro de una ciudad a la cual no va a volver jamás. Es así como el saludo aparece en todas sus categorías. Convencido, efusivo, amoroso 0 sincero, rutinario, desganado o forzado.
El saludo es universal entre los animales. Los códigos de convivencia que determinan la supervivencia de las especies suelen incluir el saludo y la amenaza entre congéneres y hacia seres de otras razas. Los perros mueven el rabo para demostrar amistad y los gatos para lo contrario. Parece que Babel no fue sólo un invento humano.
Hoy Troy, mi perro, se ha encontrado con un potro en el lecho del río. Se ha acercado convencido que era una especie de perro grande. Los dos se han olisqueado sin miedo y con la curiosidad de animales jóvenes. Troy ha pasado a segundas y ha intentado jugar,sonriente y bromista pero otra vez la barrera del idioma se ha impuesto y ha llegado el adiós de la icomprensión.
Así es nuestra vida, entre el hola y el adiós. Entre la necesidad de tener amigos y compañeros y las circunstancias que nos alejan de las personas. No es fácil mantener amistades cuando un mundo separa, cuando un idioma divide o cuando un conflicto lleva a la guerra. Millones de soldados han muerto acribillados por otros que en campo abierto y en día de verano hubieran compartido vida, vivencias y camaradería. Aquellos que fueron importantes en la escuela, en la facultad y el el trabajo se esfuman en el adiós y sólo queda de ellos el recuerdo. El hola apasionado de una pareja joven se transforma en un hola suave y mortecino con la edad.
Nacemos con el hola y vamos desgranando despedias. Siempre llega el final, el día en que se rompe el hilo del contacto y desaparecemos poco a poco en el limbo del pasado. Siempre ha sido así y siempre será hasta que llegue el día del adiós definitivo.

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