Dios nos libre del twitter


Una abuela de ochenta años decide arreglar los desperfectos de una obra pintada hacia 1930 bien ejecutada pero sin relevancia artística en la pared de una iglesia sin los conocimientos necesarios y el resultado, catastrófico, todo hay que decirlo la convierte en trending topic. Me da miedo la verdad.

Soy social manager de los perfiles de mi empresa y usuario habitual de facebook y por ello vivo el día a día de los resultados, las estadísticas y el impacto de las redes sociales. En un mundo dominado por la tecnología es imposible abstraerse del poder ubicuo de estas nuevas formas de compartir información. Revoluciones y protestas coordinadas a golpe de tecla. Acoso y moobing entre adolescentes. Grupos de amigos compartiendo fotos, momentos, pasiones y aficiones. Amor y pasión por una marca o un concepto. Oportunidades de negocio y de marketing. Todo cabe en las redes. Ni siquiera queriendo mantenerse al margen es posible. No creo que esta pobre octogenaria supiera, ni siquiera, que existen y poca defensa podía tener ante un ataque tan desmesurado. Me inspira ternura ver a alguien tan débil como es una persona de la edad de mis padres sometida a un ataque tan brutal. (Aunque he de reconocer, para ser honesto, que no pude contener la risa ante tan estrafalarios resultados)

Los estudiosos de estos fenómenos ya se han acercado a Borja para ver el origen y la repercusión de algo que es tan antiguo como la vida misma y congénito en los seres humanos y, yo diría, en todos los mamíferos. La curiosidad ante las cosas que les pasan a los demás y el alivio de poder sentir que el prójimo es más tonto que nosotros es parte de nuestra forma de ser. La diferencia fundamental es la capacidad globalizadora que tienen las redes sociales. Lo que antes hubiera sido una cruel burla de rango local ahora se convierte en fenómeno global. Creo que la famosa escena de la película de Mr. Bean en la que destroza un cuadro de gran valía y su intento de arreglar el estropicio ha sido culpable, en gran parte, de la repercusión internacional dadas las semejanzas.

No nos damos cuenta que vivimos en un mundo cruel en el cual casi cada uno de nosotros dispone de un arma poderosa en el bolsillo. Los smartphones son cámaras de fotos y de vídeo que permiten rápidamente tomar parte en la situación y lanzar pixeles a la red. Puede ser una revolución, puede ser una manifestación y agresiones policiales o un nacimiento de un bebé, la imagen se lanza y, si consigue ser suficientemente interesante puede llegar a dar la vuelta al mundo en minutos.

Hice un experimento lanzando una imagen con un mensaje fácil de aceptar por mucha gente por su identificación y he seguido con los buscadores su vida independiente más allá del lugar donde la lancé. Lo hice de forma anónima más como experimento sobre la repercusión en manos de un colectivo amplio (en este caso los funcionarios). Obviamente no es trending topic, pero se puede seguir su extensión por muchos lugares de España. (buscar "orgullo de ser funcionario"o pinchar aquí).

Suelo ser un partidario de las nuevas tecnologías. Publico mis fotos, mis enlaces a las noticias que me interesan o a mi propio blog. La verdad prefiero estar en ellas y saber su mecánica y tomar todas sus ventajas, pero sinceramente hay que ser muy precavidos con aquello que escribimos o publicamos. He vivido varios ataques sistemáticos a páginas del facebook de empresas o de amigos y, la verdad, inquieta ver la furia y el escarnio con que se alientan actitudes violentas e intolerantes. Si en la sociedad en la que vivimos los valores del humanismo y la tolerancia predominaran no serían desde luego tan peligrosas.

No es un fenómeno fácil y no lo vamos a poder parar. Pero si llegamos a ser protagonista de un trending topic que el twitter nos pille confesados. ¿O les gustaría llegar a tener esa fama global?

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