La dictadura de la corrección



Antes que nada y, como diré finalmente, respeto a todas las personas. Pienso que cada cual tiene que vivir como siente que lo tiene que hacer y, por encima de todo, sin hacer daño a nadie.

Vivimos en un momento donde todo el mundo siempre se siente en el derecho a estar permanentemente ofendido, donde unos tienen la piel muy tierna, y los otros está siempre a punto para odiar a la mínima que no los gusta cualquier cosa que alguien dice. La gente alaba el gusto de la concursante para no querer decir la palabrita de marras pero, a la vez, silba (haters, como dicen ahora) a Ana Torroja por defender que la canción no se debe de cambiar.

Mecano y la canción de la cual hablamos son de principio de los años ochenta. En ese momento el pop cambió se hizo más combativo y explícito. Utilizar palabras como “mariconez” o hablar de sexo explícitamente era novedoso y rompedor. Incluso el cine de Almodovar era provocador en su forma de mostrar la realidad social y algún grupo se llamaba “Kaka de luxe”. La letra de “Quédate en Madrid” se hizo en un contexto y una época donde decir “mariconez” era tan coloquial y, sin intención de ofender, como cuando le dices a un amigo "qué hijo de puta eres" sin pensar que su madre lo es o sin pensar otra cosa que las prostitutas son mujeres que merecen todo el respeto. En el contexto de la canción precisamente se utiliza una palabra como "mariconez" para decir que los homosexuales son más sensibles y que el que se consideraba "macho" no podía ser así y se sentía extraño mostrando ternura. En el fondo yo veo que mostrar la ternura es una actitud positiva y, si ser tierno es cosa de gays, yo también comparto esta forma de entender los sentimientos. Vemos en la letra un pensamiento típico de los "machos" de aquella época: mostrar las emociones no era cosa de hombres.  Así nos lo enseñaban en el parvulario: los hombres no lloran, las chicas son lloronas. Punto. La crítica implícita no es tanto a los homosexuales sino al miedo a salir del armario o a mostrar la parte más sensible. Por lo tanto, lo es al machismo y su mentalidad represora.
Hoy, por fortuna las cosas son diferentes y los hombres heterosexuales nos podemos permitir mostrar que no somos de piedra. Han pasado treinta años y es cierto que vivimos otro momento de la historia a pesar de que el machismo continúa haciendo estragos.

La cultura americana de la corrección política nos lleva a la censura previa, que es la peor. Si la llevamos al extremo llegaremos a un momento en que los católicos se ofenderán si oyen decir "hostia" o "me cago en Dios" al  darte un batacazo, los musulmanes si haces bromas o escribes de su profeta, los alemanes si hacemos ocurrencias sobre su mentalidad cuadriculada, los españoles si nos cachondeamos de Colón, los ingleses si hablamos de las orejas de Carlos, los catalanes si se burlan de ellos diciendo que son tacaños, o los machos si hacen un chiste sobre cómo de cortossomos de cerebro. No acabaríamos nunca.

Y así todos a ser correctos y, por otro lado, todos a odiar si oímos algo que no nos gusta.
Tal vez a los 80 éramos brutales y políticamente incorrectos según el nuevo puritanismo. Hacíamos chistes de todo y de todos, pero ahora, mientras celebramos en los colegios el día de la paz, los alumnos se machacan y lo graban en el móvil, muchos de ellos por las redes sociales se insultan por escrito y no dan la cara. Cada año los jefes de estudios saben el trabajo que tienen solucionando conflictos entre adolescentes que se insultan gravemente en las redes sociales.
Los "memes" suelen ser brutales. Los animalistas se alegran si un niño de trece años muere de un tiro porque su padre se lo ha llevado de cacería o se echan encima de los toreros que hacen una corrida de toros benéfica por un niño que sufre cáncer.

Yo veo que hay mucho de "postureo" que no es más que hipocresía y mediocridad del pensamiento.
Si las obras artísticas o literarias las cambiamos a nuestro gusto no podríamos ver el espíritu o los sentimientos de la época. Por ejemplo, Carmen, la maravillosa obra de Bizet, que trata sobre el amor desmesurado y romántico. La protagonista, según los cánones de la época es la mujer fatal que arruina la vida de Don José. Según la mentalidad actual ella es la mujer libre y él es un maltratador. ¿Tendremos que cambiar los textos y hacer que sean políticamente correctos?

¿Hay una película más incorrecta políticamente hablado que "La vida de Brian"? Si los actores hubieron dicho que la escena final de los que cantan en las cruces era una burla a los condenados a muerte hoy no tendríamos una de las escenas más vitalistas y divertidas de la historia del cine.

¿Qué veo de bueno? Que finalmente nos lo pensamos mucho más a la hora de respetar a los seres humanos que se sienten diferentes y tendemos a no hacer bromas sobre su condición. Veo positivo el hecho que rechazamos la pederastia y denunciamos los abusos. Por fortuna hemos hecho de la violencia machista sea problema principal a resolver. Todo esto está bueno, pero desgraciadamente encerramos en prisión a quien hace un teatro de marionetas que molesta a un ultraconservador o nos planteamos si una drag queen representante a la Virgen María ha ofendido a los católicos. I así hemos llegado a la tontería de pensar que hay que cambiar la letra de una canción de hace cuarenta años porque dice mariconez.

Estamos en un punto extraño donde ni somos carne ni somos pescado. 

Y perdón si alguien se siente ofendido. Escribo, siempre que soy capaz, con respeto a cualquier persona de cualquier condición.

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