Cavernícolas

Hace varias semanas que observo a personas que como espectros vagan por los campos que quedan entre mi casa y el río. No es muy difícil detectar extraños en un pueblo y menos si las vestimentas y los movimientos se salen de lo habitual.

Ya hace años que una pequeña casita de huerta fue ocupada por una pareja de mendigos que la arreglaron con mil cachivaches seguramente abandonados por las cunetas. Un día desaparecieron y la pequeña casa quedó abandonada.
El segundo ocupante de la casita es probablemente español a juzgar por su acento. Es un alcohólico que se deja ver en su trasiego de la ciudad a su guarida entre naranjos. A veces se le ve trastabillando o sobre un banco en los lindes de los términos municipales incapaz de dar un paso. Se nota que no quiere ser visto y sólo se puede saber de dónde viene o a dónde va si se le observa temprano o durante el crepúsculo. Creo que ha entendido bien que ser demasiado visible puede ser el principio de su expulsión del miserable rincón que habita.

Hace varias semanas que veo a varios tipos morenos y barbudos que deambulan con un carro de supermercado. Bajan al río y se asean. Se les ve subir el camino con la mirada fija e inexpresiva. Apenas saludan y no parecen españoles. Por sus recorridos se que desaparecen por la zona de la casita de campo. Tal vez la comparten con el alcohólico. Al paso al que se deterioran los huertos circundantes tal vez vivan en un campamento oculto entre la jungla de zarzamoras que se han apoderado de las terrazas de naranjos moribundos.

Parece mentira pero toda la sordidez de esta crisis económica nos está acercando a las imágenes de hombres desposeidos de la época de la gran depresión. Me recuerdan a los personajes duros y crueles de la película "El emperador del norte" y su vida en campamentos temporales en los recodos de la civilización. Es increible pero en pleno siglo XXI ha vuelto el estilo de vida de las tribus, de los cavernícolas. No se, parece mentira que sigamos bajando y bajando, que no toquemos fondo.

Comentarios

  1. No todos los hombres tienen el mismo grado de desarrollo y no todos aspiran a la perfección, en algunos se aprecia incluso una involución al estado primitivo. Tenemos que convivir con la diversidad evolutiva. Podemos aprender de eso.

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  2. Hay quien dice que estamos a 48 horas del caos. Basta con romper las costuras de la sociedad convencional y la vida en el río o en la cueva estará a dos pasos. Jack London ya habló en muchos de sus libros de la regresión a un estado anterior a toda civilización, ;)

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