Excálibur, la falsa polémica

De vueltas con todo lo ocurrido con el ébola han surgido las críticas a todos los que pusieron la atención en un viejo perro de doce años y su sacrificio. Yo fui de los que firmé la petición para que no fuera sacrificado y se le mantuviera en cuarentena hasta determinar que ya no fuera peligroso para nadie. Rápidamente se ha hecho una mezcla de ideas demasiado frecuente y tramposa. Un perro moviliza trecientas mil firmas en unas horas y se deja morir a miles de africanos sin que nadie se preocupe.

¿Quien dice que no sean muchos de esos de los que firmamos los que ya hace tiempo pensamos que la ayuda se debería haber destinado a África? ¿Es que no se puede creer en ambas cosas?

Por otro lado estaba la urgencia con la que se iba a sacrificar un animal inocente para dar una aparente eficacia a una gestión nefasta de la crisis. La casa, el edificio donde vivía esta familia, no estuvieron asistidos durante días y de repente se monta todo el berenjenal cuando la epidemia se ha dejado extender por barrios y hospitales de Madrid. Así que de eficacia nada y el perro fue el pagano para dar la imagen perdida. Firmar la petición era luchar por su vida o saber que iba a ser sacrificado sin concesiones si o si. Ya.

En temas de imagen es muy sencillo conseguir la movilización por un sujeto individual y eso es lo que ha pasado. Salvando las distancias todos nos conmovemos por Malala y su sorprendente historia y olvidamos que hay millones de niñas en el mundo que sufren su suerte. Una cosa no quita la otra.

Tenemos en primer lugar, pues, la urgencia y el foco mediático. En segundo lugar el sentimiento de injusticia con una enfermera y su marido que sienten al perro como un hijo y que si poco tenían, ahora han de ver morir a su mascota. Los que tenemos perros sabemos que no son personas pero que si son seres con vida plena y merecedores de todo respeto por la entrega con la que hacen que esta vida sea algo más humana. Estoy seguro que los perros sacan lo mejor que tenemos como personas.

Por si fuera poco, los expertos no tienen una opinión única. Se han podido escuchar voces a favor y en contra. Ante la duda deberían haber respetado su vida. El perro en si podía haber llegado a ser un objeto de estudio dado que la epidemia está limitada a un entorno de pocas personas y animales. Entiendo los sacrificios masivos en un ámbito de descontrol (epidemia afectando a decenas de personas y fuera de control) pero lo que ha pasado aquí lo atribuyo más al paripé de parecer efectivo que a serlo realmente.

Reconozco que es una cuestión cuanto menos polémica porque cada día miles de animales mueren en mataderos para alimentar a la población humana y no hay muchas alternativas. Creo que en eso los pobladores del Amazonas tienen más claras sus responsabilidades cuando amamantan los bebés de mono si cazando matan a la madre. Podemos usar animales con diferentes fines pero tenemos una responsabilidad ética con ellos por eso mismo.

Es una falsa discusión porque pienso que el día que veamos a los perros como vida sujeta a derechos será porque antes no habremos consentido las muertes de africanos por hambre, por malaria, por guerras y por ébola. Si no cerramos los ojos ante las miseria en nuestra propia especie humana empezaremos a ver a los animales con los ojos de la compasión. El cambio ético nos hará mejores como especie. Iremos un paso adelante en la evolución.


Así pues, mis mejores deseos para una profesional que se ha jugado la vida y ha perdido parte de su vida y sus amores en esta lucha, para su familia y para tantos africanos que no conozco y merecen ser tratados como personas y no como números de una noticia.

Comentarios

Entradas populares de este blog

No era el dia, no era la millor ruta. Penya Roja de la Serra de Corbera.

Animaladas

Andrés Mayordomo, desaparecido un día como el de hoy