Sólo ante el peligro. Historia de un gran tipo

La imagen puede contener: una o varias personas, personas sentadas, calzado y exterior 
Siempre hemos visto el héroe como ese tipo que se planta frente a los peligros y llega a donde la cobardía de los demás no lo hace. Ese era mi amigo. Conocí a Fredd hace años a través de Internet. Fue uno de esos encuentros de pioneros en los que las rutas vitales de dos personas se encuentran en una bifurcación y surge la chispa de la amistad. Muy pronto supe de su relación con Gandía, su recuerdo entrañable de los veranos de los años jóvenes y de su vida truncada por un accidente a la altura de Favara allá por los años ochenta.

No, Fredd no fue un tipo de los que se arrugó. Con una vitalidad envidiable hizo de su capa un sayo y plantó cara a la crueldad de una invalidez que lo atenazaba atándolo a una silla. Recuerdo que fuimos a Valencia con uno de sus "amigos" nombre que daba a los ayudantes que conseguía para poder ganarle un poco de libertad a las cadenas de una tetraplejia total.

Fredd no fue una persona de las que se encierra en su propio problema. Hizo bandera de su causa y fue un defensor de la independencia de los llamados "dependientes" y se involucró en la defensa de los derechos en la sociedad en la que vivió.

La vida me llevó por caminos de trabajo, viajes y me hizo perderme en mis propios laberintos, pero allá en lo lejos, de tanto en tanto, surgía el encanto discreto de la sonrisa y el saber hacer de Fredd. He de reconocer que como suele suceder descuidé algún contacto perdido en mis propias guerras. Sé que a muchos de sus amigos les pasó, pero él se las arreglaba para escribir con todas las dificultades y volver a reparar el lazo de la amistad que nos unía. La verdad es que lo admiraba y lo admiro todavía hoy que ya ha fallecido. Me gustaría tener esa fe en la vida que le hizo sobrevivir años y años a las operaciones y a los hospitales sin perder la sonrisa y el buen humor. De tan grande que fue parecía eterno, se hubiera dicho que iba a sobrellevar una y otra vez sus dificultades ganando la batalla a esta muerte que esquivó en la maldita carretera a Valencia. El once de agosto me escribió tras enviarle yo unas fotos de "su" Playa de Gandía. Quiero reproducir su carta como la envió porque es el último soplo de vida que me llegó de mi amigo.

Hola Jorge: un pequeño mensage del franchute de Fredd. No estaba seguro pero repasé mis últimos pocos escritos. Bien se me hacía que no te había contado que mis problemas de salud. A no ser que me equivoque. En dos palabras, desde poco más o menos el mes de septiembre 2016, me estoy tratando de curar un cáncer primitivamente de la vejiga. Contra toda esperanza, tuve super buenos resultados con un primer protocolo de quimioterapia. Remisión total: lamentablemente demasiada corta. Así que se sacó la conclusión de que yo tenía alergia al producto que pisaba demasiado fuerte. Desde hace algo más de un mes, volví a probar otro protocolo (por desgracia, mucho más flojo pero ¿qué remedio?). Lo aguanto mucho mejor. Aunque tenga también sus efectos secundarios pesados. A finales de mayo se me operaron de la vejiga haciéndome un sistema algo complicado de explicarte. Total, quitando -teóricamente- la cuna del cáncer. De todas formas, a ese impertinente/borde no le molesta para pasear por mi organismo. Estoy algo menos cansado que con el primer tratamiento. Ya veremos a donde voy y hasta cuando. Tampoco era super imprescindible que te lo dijera pero prefiero mantener mis buenos amigos informados. Y sobre todo: no pasa nada. Me refiero que a veces la gente se nota mala gusto no sabiendo que decir y tal y cual: tu sabes también… Venga, me da pereza volver a leer el texto escrito. Un abrazote fuerte desde el norte de Francia. Tu amigo de ruedecitas: Freddy.

Qué pena perder a un tipo tan grande. Si te sirve de algo Fredd te diré que eres de las pocas personas que he conocido personalmente y puedo decir que son todo un referente para mí. Fuiste un gigante de humanidad y te has ido con la dignidad de un rey, con el humor de un filósofo y con una bondad por la que te recordaré. Si hay un cielo te lo has ganado. Espero seguir tu ejemplo para ganarlo yo mismo y poder volver a verte, esta vez reconvertido en aquel muchachote rubio y sano que aparece en las fotos de juventud. Descansa en paz amigo. Mis condolencias para sus padres, familiares y seres queridos.

Comentarios

Entradas populares de este blog

No era el dia, no era la millor ruta. Penya Roja de la Serra de Corbera.

Animaladas

Andrés Mayordomo, desaparecido un día como el de hoy