La casa en ruinas

No duermo tan bien como solía. Me despierto a veces a las tres y con paciencia y sin desespero me vuelvo a dormir escuchando la radio. A las cinco vuelvo a sentir mi cuerpo inquieto y vuelvo a perseverar hasta que acabo la batalla rendido y con el cuerpo cansado cerca de las siete cuando el despertador anuncia que el tiempo se me ha acabado.

Hacia las cinco recuerdo que estaban emitiendo un programa de monólogos nocturnos de insomnes. Se que lo he oído pero no lo recuerdo. Antes de las seis varios periodistas deportivos se lamentaban de la actuación de la jueza en el caso de Eufemiano Fuentes. No recuerdo haber llegado a las noticias de las seis.

En mi último tramo de sueño he vuelto a la que era (aunque no era igual que la real) la casa donde transcurrió mi infancia. Tenía la llave. En mi sueño recordaba haberla guardado durante años ya que sabía que habíamos vuelto después de mucho tiempo a un lugar que en realidad ya no existe. Abrí la casa y una fuga de agua procedente del techo inundaba la entrada. Cuando fui a sacar la llave del desván del cajón de la consola de la entrada no estaba.

Tuve que buscar una escalera de mano y entrar a las bravas cual ladrón desde el patio.

El problema de la fuga de agua provenía de una especie de extraño artefacto incrustado entre las tejas y las vigas del techo. El desván era mucho más grande y luminoso que el real de mi infancia. Escalé hasta el techo y podía ver simultaneamente las tejas y el cañizo interior. Corté la fuga de agua de lo que parecía ser un calentador de gas. Cuando bajé vi que el aparato estaba a unos quince metros de altura y me pregunté cómo me había atrevido a subir tan alto. Me contesté a mi mismo que era porque no había mirado hacia abajo cuando estaba tocando el techo.

Curiosamente para bajar había una escalera que llevaba a un jardín que nunca existió cerrado por una puerta de hierro que daba a la calle. Un pestillo disimulado la permitía abrir y salir.

Si los sueños son el símbolo de lo que nos inquieta me pregunto qué querrá decir este. ¿Es la casa la familia? ¿La vuelta a un pasado donde éramos más pobres? ¿El agua que cae son los problemas que no cesan? ¿Subir por escaleras de vértigo es hacer frente como se puede a todo este temporal? Ningún personaje aparecía en mis sueños. Estaba tranquilo pero completamente solo. Sensación en mi pesadilla de ser el único consciente de los problemas además del único que podía arreglarlos.

Añoro dormir hasta las siete relajado y sin recordar sueños que aunque no sean especialmente dramáticos son inquietantes y perturbadores.

Comentarios

  1. La casa es el espacio del pasado y el agua el tiempo que ha pasado. El jardin es la nostalgia de la infancia. Puede ser?...

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  2. Hola Liliana:

    No lo se realmente. Se puede entender de muchas maneras. Las casas que se rompen son un sueño recurrente. Siempre es una casa que es o ha sido la mía y problemas que tengo que solucionar. Si yo dijera algo respecto al agua sería el problema que aparece cuando no te lo esperas y que debes de solucionar.

    Lo que está claro es que si los sueños son la representación simbólica de lo que nos preocupa la casa tiene algo que ver con todo esto que está pasando.

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  3. interpreta tus sueños ya que son la llave de soluciones reales... Muy sincero y bello, Jorge.

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