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Mostrando entradas de diciembre, 2013

Platja de l'Ahuir: la propietat del paisatge

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Vivim una època paradoxal on campa a gust una humanitat tan poderosa com finalment fràgil. Mai va tenir l'esser humà tanta capacitat per a canviar el seu entorn, per a destruir o per a crear. Com a tèrmits voraços som capaços d’arrencar la pedra de la muntanya i transformar-la en gris formigó armat que es clava en el sòl i es rodeja d’asfalt. Grans pistes de negre betum obrin camí a monstres d’acer que ens permeten fugir al paradís mentre destruïm tant el paisatge que recorrem com el que justifica el viatge. On el formigó i l’asfalt s’imposen mai tornarà a ser el paisatge el que va ser. Les meues amigues alemanyes, les germanes Künneke, van arribar a Espanya en els cinquanta carregades d’una Leica de 35mm que els va permetre retratar en color una platja de Gandia on l’Hotel Bayren s’alçava solitari en un paisatge de dunes i afloraments d’aigua dolça. Dunes i arenals daurats on van retratar velles espanyoles de dol rigorós que es refugiaven davall uns paraigües negres

Playa del Ahuir, la propiedad del paisaje

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Vivimos una época paradójica donde campa a sus anchas una humanidad tan poderosa como finalmente frágil. Jamás tuvo el ser humano tanta capacidad para cambiar su entorno, para destruir o para crear. Como termitas voraces somos capaces de arrancar la piedra de la montaña y transformarla en gris hormigón armado que se clava en el suelo y se rodea de asfalto. Grandes pistas de negro betún abren camino a monstruos de acero que nos permiten huir al paraíso mientras destruimos tanto el paisaje que recorremos como el que justifica el viaje. Donde el hormigón y el asfalto se imponen nunca volverá a ser el paisaje el que fue. Mis amigas alemanas, las hermanas Künneke, llegaron a España en los cincuenta cargadas de una Leica de 35mm que les permitió retratar en color una playa de Gandía donde en Hotel Bayren se alzaba solitario en un paisaje de dunas y afloramientos de agua dulce. Dunas y arenales dorados donde  retrataron  viejas españolas de luto riguroso que se refugiaban bajo un para

La buena gente

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Este maldito 2013 agoniza en esta semana de vacaciones de Navidad. Con un poco más de tiempo libre  que de costumbre, reparto el ocio entre documentales, películas y series, muchas de ellas en versión original. El lenguaje de la pantalla, simplón y superficial, entretiene y raras veces contiene pensamientos profundos más allá de la filosofía barata, y pensamiento fácil de libro de autoayuda tan propios de la cultura moderna americana. En medio de cansinas batallas contra ogros y orcos en "El hobbit, un viaje inesperado" Gandalf, el mago popular de la saga, me despierta de ese tedio de imágenes barrocas e increíblemente creíbles. El mago, con pompa y circunstancias, afirma que son los pequeños actos diarios, cotidianos de la gente corriente los que salvan al mundo del mal. No tardo en ligar ese pensamiento con un documental que había visto unas horas antes. El título del mismo, "Chimpancé", es el correspondiente a la vida de un pequeño simio huérfano y perdido t