Economía: Nadie sabe nada



Desde que se inició la crisis me esfuerzo en leer todos los artículos que van saliendo en la prensa sobre sus causas. Intento basar mi juicio en los análisis de la misma. He de reconocer que algo he aprendido sobre sus orígenes. Puedo decir que se mucho más sobre las consecuencias de una política pura y dura de recortes o de su contrapunto de incentivos, pero sigo sin acabar de entender que hay realmente detrás de la palabra Economía. 

Siempre había pensado que el papel moneda tenía valor respecto a la riqueza acumulada en los sótanos de los bancos centrales. Pues no, parece que eso ya no es así desde hace años. La economía global es puro papel, pura fachada que se soporta en una tupida redes de ordenadores interconectados. Una especie de Matrix global que crea una realidad virtual. La economía global se me presenta cada vez más como un timo de la estampita donde maletas llenas de aire vuelan de mano en mano. ¿Qué vale una vivienda? ¿Qué vale una hipoteca cuando la casa ya no vale lo que valía cuando se firmó? ¿Cual es el valor de una empresa? ¿Es un valor real o uno figurado? ¿Las cosas valen lo que se paga por ellas? ¿Se paga con dinero? ¿Qué representa el dinero? ¿Qué demonios son las participaciones preferentes?

Como es sabido los bancos recibieron miles de millones de euros en dinero inyectado para evitar su quiebra y que éstos fueron tragados en un pozo negro. Europa ha vuelto a enviar fondos y han vuelto a desaparecer engullidos por un remolino que se sabe donde empieza pero no dónde va ni donde acaba. Viene de Europa. Se dice que les interesa enviarlo porque el dinero vuelve así a los ahorradores que pusieron su capital en las hipotecas que hoy no podemos pagar. Un economista heterodoxo sugería ayer mismo en EL PAIS que hubiera sido mejor que el dinero hubiera ido directamente a manos de los clientes de los bancos con hipoteca. El banco hubiera recibido el capital y hubiera igualmente pagado la deuda. Mmm... pues no lo entiendo. Si finalmente va a desaparecer en el vórtice del remolino qué se ganaba con no hacerlo así. ¿Porqué no se hizo así? ¿Qué es el dinero? ¿De donde va?

Pienso que la economía ha sido siempre, desde el origen de la sociedad agraria hasta nuestra era posindustrial, una especie de ente con vida propia aunque engendrado por nuestros chanchullos humanos. Ya lo decía la Biblia, siete años de vacas gordas y siete de flacas. Pero, ¿Porqué? La economía es cíclica, diría un economista. ¿Y porqué tiene que serlo? Volvemos al principio. Seguro que hay muchas explicaciones pero sigo viendo que son a posteriori. Ni se vio la crisis del 29, ni se vio esta, ni supieron qué hacer entonces ( en EEUU se salió finalmente gracias a la Segunda Guerra Mundial), ni veo que sepan realmente por donde salir ahora. Seguro que algo cambiará el panorama y todo volverá a estar en su sitio. ¿Seguro? ¿Necesitamos una guerra para liquidar el arsenal y producir nuevas bombas y dar trabajo?

Los economistas medio explican las cosas a toro pasado pero no han acertado a dar pie con bola completamente si se trata del futuro. Creo que si siempre fue algo casi esotérico, un arcano en manos de unos pocos, ahora es como el magma de Chernobyl. Fundido, amenazante, descontrolado. Podemos ponerle capas de hormigón y esconder su peligrosidad, pero allá en lo profundo sigue latiendo mientras los ingenieros inventan parches intentando predecir qué hará el monstruo.

Tal vez lo peor de todo es que hay gente que sabe justo lo suficiente para aprovecharse del sistema y de su posición para sacar ventaja aún a costa de toda la sociedad. Bárcenas proclama que sus millones en Suiza son fruto de su sagacidad en la compraventa de acciones. ¿Pero qué demonios ha producido este tipo en su vida? ¿Qué riqueza ha generado? ¿Qué derecho tiene a ser tan indignamente rico?

Para mi el problema es de de difícil solución. Quien debiera saber mucho, dígase gobierno, FMI, economistas, no sabe realmente casi nada, quien sabe mucho de los tejemanejes internos proclama que no sabe nada (y por supuesto no quiere saber nada de las consecuencias de sus actos) y quien nada sabe muchas veces es el único realmente sensato. El caso es que no mucha gente, todos ellos sin escrúpulos, se benefician tras las pantallas opacas de los ordenadores del trasiego de millones que van de paraíso fiscal en paraíso fiscal.

Finalmente los que en teoría nada sabemos veíamos que toda aquella fiesta nos llevaba a la ruina. Los que nada sabemos de economía si que alcanzamos a saber que son canallas de la política y las finanzas los que nos han llevado a este maremoto de tremendo dolor social.

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