“El qui es burla el dimoni li furga” Traducción al castellano

Se cuenta que en la época coloniar Alemania intento dominar una de sus colonias sólo con fuerza y explotación con magros resultados. Fue cuando decidió que los súbditos tenían que participar en la riqueza generada cuando la colonia se convirtió en un negocio para la metrópoli.  De una situación de justicia social se benefician tanto los ricos como los pobres.

En una época de recortes vivimos en un país de ignorantes que ven en los recortes a los funcionarios el momento de la venganza por agravios pasados e inútiles que todos hemos padecido delante de un profesor incompetente, un médico arrogante o un oficinista antipático. En un grupo tan heterogéneo de gente está claro que ha de bueno, de buenísimo, de malo y de peor.

Hoy, la noticia de la madrugada, parece que tres policías nacionales han muerto intentando sacar un joven en dificultades del mar en A Coruña. Tres funcionarios dando la vida por su profesión como a su manera lo hacen profesores, médicos u oficinistas que sí trabajan bien por su sociedad que les paga en la misma medida que los necesitas.

En la Comunidad Valenciana hemos vivido una época que merecería no ser olvidada nunca por nefasta. Hemos malgastado el dinero como nuevos ricos que creen que los aduladores les levantan el rabo por lo buenos y simpáticos que son, mientras que no es más que lo que decía mi padre: “Cuando a un santo jamás le hicieron fiesta y ahora se la quieren hacer o es que quieren joderlo o es que tienen necesidad de su poder” Hemos dejado que la justicia sea terriblemente injusta i, lo que es más, que la corrupción no sea penada como sería debido. Me podrán decir que no había suficiente evidencia jurídica, pero siento vergüenza ajena oyendo al Sr. Costa o al Sr. Camps declarando su inocencia después de conversaciones tan penosas como las que se hicieron públicas.

¿Y ahora qué? Tenemos un sector público que tiene que salvar o curar a personas, enseñar a niños, tramitar expedientes además de hacer frente a sus obligaciones familiares con un recorte considerable de sus salarios. Tenemos un sector público considerado y tachado de vago y privilegiado por una sociedad que no quiere dejar de ser atendida en el momento en el que va a urgencias, sufre un incendio a su casa, ha de ser operada o quiere que sus hijos tengan un futuro.

Como en el caso histórico de la colonia alemana nunca de la desgracia ajena una sociedad podrá obtener nada. Solo de la solidaridad y el reparto de beneficios nacen las sociedades modernas que han permitido la paz a Europa los últimos 60 años. Los funcionarios somos clase mediana o mediana baja. Somos esos que llevamos a nuestros hijos a comer pizza, los que hacemos viajes a Benidorm o los que compramos marcas conocidas o blancas. No somos millonarios pero estamos detrás de aquellos que trabajan en una fábrica o se pagan los estudios trabajando de camareros en un restaurante de comida económica.

Si no nos apoyamos aquellos que nos identificamos como clases trabajadoras no tenemos futuro. No olvidemos que los funcionarios no somos ni mejores ni peores. Somos simplemente trabajadores como vosotros con otro patrón y que nuestra desgracia es la vuestra como al final la vuestra es la nuestra.

O los políticos piensan más en nosotros como el soporte de una sociedad equilibrada y nuestros conciudadanos como otro trabajador más  o de esta saldremos con una sociedad separada en ricos y pobres de solemnidad donde educación, la sanidad o los servicios de calidad son cosas de ricos y la policía la burocracia y el ejército instituciones corruptas porque sus servidores han de vivir a costa de sobornos y propinas. Por desgracia lo he visto en mis viajes por el mundo y no lo querría  ver en mi propio país.