Llega la primavera



Una mujer con cejas pobladas y ojos minúsculos se enfrenta a un público receloso ante su aspecto físico. Su mal gusto no contribuye a la credibilidad del personaje. La belleza física parece que sea patrimonio de los vencedores y una mujer fea en la madurez no parece que sea la mejor candidata en el concurso inglés de nuevos talentos. Suena la música, pomposa y grandilocuente como suele serlo en los musicales, y un torrente de voz sale de ese cuerpo rechoncho e improbable.
Millones de seres humanos poblamos este diminuto planeta con la voracidad de una plaga. Por separado podemos ser siempre una maravillosa sorpresa. Detrás de muchos seres anodinos, abejas de este millonario enjambre llamado humanidad, se esconde una vida y un sentimiento de ser único entre la multitud. Muchas ilusiones y sueños, a veces cumplidos y casi siempre frustrados. Como individuo podemos ser siempre una promesa de grandeza, como masa no somos más que una plaga que arrasa con el planeta.
Las noticias del cambio climático van llegando periódicamente confirmando cambios no tan sutiles. Los glaciares en todo el mundo se derriten y una subida de los mares amenaza nuestra vida como especie. Cuando pensamos en hambrunas o en las catástrofes como fue el huracán Katrina, no nos acordamos del sufrimiento o la felicidad de cada ser como individuo. Pensamos en abstracto en el enjambre. Como si las personas fueran parte física de una masa y no individuos con sueños. Creo recordar que en la serie Holcausto un criminal nazi decía que una vez se asesina a una persona no importa ya matar millones. El individuo pierde valor cuando sólo es un miembro de la multitud. No percibimos el horror que hay detrás del cambio climático que llega y el dolor que puede causar a cientos de personas con sueños.
De momento esta parece ser una primavera como tantas, caprichosa, voluble, cambiante. La lluvia sigue oliendo a lluvia y el frío nos recuerda que todavía al invierno le quedan algunos cartuchos. Pronto llegará el verano y pensaremos que todo sigue igual, los ciclos, nuestros pequeños sueños, nuestra vida y nuestros hijos. ¿Es así? ¿Por cuánto tiempo la primavera será aquello que esperamos?

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