Arquitectura opresora



"We don't need no education
We dont need no thought control
No dark sarcasm in the classroom
Teachers leave them kids alone
Hey! Teachers! Leave them kids alone!
All in all it's just another brick in the wall.
All in all you're just another brick in the wall. "

Inmensos muros de ladrillo a cara vista conforman bloques de ángulos rectos con largas hileras de ventanas que se asoman al imponente paisaje de montañas que lo circunda. La entrada, un inmenso muro de hormigón con rampa de pendiente suave, apenas deja espacio para una angosta escalera que alcanza una suerte de balcón abierto a la entrada. Alguien, con mejor intención que gusto, pintó un horrendo pergamino con palabras del poeta comarcal Ausias March rompiendo el poco encanto geomético que tenía la fachada. 

El cristal y una estrucura metálica unen el ala de servicios con el resto del aulario abergando una pretenciosa entrada siempre repleta de goteras cuando llueve algo más de lo esperado. Siempre me ha parecido un edificio con olor a cárcel. De hecho, si se repitiera siméticamente la disposición de las aulas reproduciría el aspecto modular y agobiantes de las antiguas cárceles modelo con galerías siempre a punto del motín.

La feliz idea del arquitecto de abrir balcones corridos al interior no aporta realmente luz a los pisos inferiores que se hallan en penumbra si no se encienden permanentemente las luces de neón y, por si fuera poco, obliga a refugiarte bajo la banda cubierta para evitar que nada pueda caer de las alturas. Quien sabe. La longitud de las alas y los estrechos pasillos producen un efecto de fuga al infinito monocorde e inanimada. En cuanto escaleras, puentes y corredores se llenan de habitantes en su trasiego se produce una sensación de estampida por angostos desfiladeros que apenas dejan pasar a los transeuntes.

Unos maravillosos imanes iban a ser la clave para poder accionar el mecanismo de las cortinas venecianas internas de las que están dotadas las ventanas. No pasaron muchos años hasta que fueron robados todos y, hoy por hoy, las ventanas están siempre cerradas por no tener con qué abrirlas. Todas las aulas dan a sur y con ello el sol las calienta rápidamente y las convierte en hornos de convección que ni se enfrían dejando abiertas de par en par unas ventanas que sólo se pueden accionar con un palo y un gancho. Se esperaría que, al menos, en invierno la temperatura fuera agradable pero sólo con calefacción se puede soportar el frío.

Lo que debía ser un centro educativo agradable fue concebido como un pretencioso edificio moderno hecho con los materiales de escasa calidad. El paso del tiempo le ha hecho envejecer como esas mujeres que no admiten la edad. Las goteras y las calcificaciones afean un instituto mal pensado y lo convierten en un espacio que genera instintivamente rechazo.

Es cierto que el continente, como me preguntaba un amigo al ver mis fotos, es opresivo y feo pero tal vez es la muestra de lo que no debería ser el sistema educativo. Un edificio planificado sin preguntar a sus usuarios que se ven obligados a encerrarse por horas en él por motivos legales. ¿Cómo pueden ver los alumnos un lugar que los mantiene encerrados horas y horas? Al menos en el pasado la puerta estaba abierta y no existía esa sensación de control y restricciones.

El contenido, el sistema educativo público también es una trampa. Atacado por quienes debían ser sus promotores nunca fue bien dotado económicamente y ahora menos. Jamás se dio buena soluciones a sus problemas. Los alumnos se embuten hasta un número de 29 en aulas planificadas para algunos menos. La agresividad y desinterés de muchas familias se manifiesta en ese diez por cien de alumnos que hacen una campaña sistemática de acoso y derribo de las clases. El profesor, cargado de horas y haciendo de policía asume el papel de carcelero obligado en un espacio que debía ser de respeto y convivencia.

Continente y contenido. Alejados de una escuela socrática el sistema escolar es necesario pero muy difícil de manejar. Una sociedad poco preparada para la cultura escrita y para el esfuerzo. Profesores que tienen  que hacer mucho más de policía que de docente. Niños que obtienen lo que quieren con solo apretar un botón y que no entienden que el conocimiento requiere una lucha titánica. Profesores maltratados por muchos padres que no entienden su labor y con niños perdidos en un sistema que no se corresponde con los valores de la sociedad externa. Niños con armas potentes llamadas smart phones con las que algunos de ellos insultan a sus iguales y a sus profesores en nombre de la libertad de expresión. Conflictos entre quienes deberían ser siempre aliados. El edificio opresivo ejerce una presión de afuera a adentro. La pequeña sociedad en sentido contrario. Son los conflictos habituales entre carceleros y prisioneros que sólo el sonido penetrante del timbre libera.

Algunas veces un pájaro queda encerrado en un espacio suficientemente amplio para volar pero mortalmente cerrado; Golpeándose contra las paredes muere exhausto.

Comentarios

  1. Sera dificil definirlo mejor, hasta para los que no lo conocen esta claro como es.
    Te a faltado endulzarlo un poco con esa parte del "contenido" que haceis que tan horrendo lugar deje de ser tan horrendo y sea mas humano.
    Gracias a ti y a los que como tu haceis lo posible y lo imposible por educar a nuestros hijos.

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  2. Realmente muchos de los que participamos en el proyecto, alumnos y profesores, hacemos de un sistema que hace aguas un camino al futuro. No me gusta la manera como ha evolucionado la enseñanza pública y si bien hay cosas que hay que corregir creo que con recursos, leyes correctas y mucho aprecio social por la labor docente las cosas serían de otra manera.

    La arquitectura y el arte son productos de la sociedad que los crea y reflejan el subconsciente social. Este edificio es un reflejo de la visión que esta sociedad tiene de la educación. Un lugar cerrado con muchos contenedores para tener a los niños encerrados y lejos de las listas del paro. El problema es que nadie nos da soluciones para los que no se integran en el sistema y a base de darse golpes contra las paredes del edificio del sistema educativo docentes y alumnos acabamos perdiendo fuerzas atrapados.

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  3. Al menos,los políticos y los profesores deberían hacer las cosas pensando en los próximos 100 años, y no en las próximas elecciones.
    No nos dirigen personas con interés por mejorar el mundo. Solo les interesa su miserable partido y perpetuarse en su miserable poltrona.

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  4. Hola, estoy de acuerdo que las leyes en la enseñanza deben ser para los próximos, si no cien, veinticinco años como mínimo. Los profesores no somos consultados en este proceso.

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