Tarde de marzo

El carrillón de la iglesia del puerto vuela por el aire de marzo entre nubes a contraluz. Señala las horas pero involuntariamente es un toque a difuntos. La madre de una buena amiga dejó hace unas horas este mundo y la familia próxima, la de aquí y los que viven lejos, se consuelan al salir del templo. El brillo del coche fúnebre, los empleados del servicio fúnebre con traje chaqueta que van y vienen, pasa una anciana caminando lentamente ayudada por un andador.

Al alejarse, sobre el puente, el mar riela en olas suaves de tonos nacarados. Un grupo de chicas adolescentes se cruza en el camino. Lo ignoran pero dejan ver la arrogancia del que se cree eterno. Hay una falla al fondo. Ya son fallas, el final de una vida, el principio de un nuevo año. Ciclos, ciclos, ciclos.

¿Qué hacía yo hace veinte años? Me asalta una pregunta sin mucho sentido. No recuerdo cómo eran los días más que vagamente. Ya empieza a acumularse en la buhardilla del recuerdo los papeles como pilas de revistas viejas. Se ve el lomo y se intuye en contenido pero sin abrirlas nada se recordaría. El tiempo corre indefectiblemente el sol cae a contraluz mientras subimos a Beniarjó.

Qué hubiera sido si... El pasado asalta el presente que escapa hacia el futuro. Hace veinte años era tiempo de tener un segundo hijo. El trabajo, las incertidumbres, el vivir sin vivir nos situaron en esa no decisión de seguir adelante. Mi hija ya hace su vida y nosotros nos acostumbramos a la soledad de pareja sólo rota por el placebo de un sustituto canino. Qué hubiera sido si...

El coche pasa frente al cementerio de Gandía. Vemos entrar al cortejo fúnebre mientras perseguimos el contraluz. Mi cuñado y un amigo han sido operados estos días. Mala década la de los cincuenta. Sin llegar a ser la tercera edad es un preámbulo de sus tributos físicos.

Ciclos, ciclos, ciclos. La máquina rechina entre giros y viaje a ninguna parte. 

¿Qué ha sido de mi vida?




Comentarios

Entradas populares de este blog

No era el dia, no era la millor ruta. Penya Roja de la Serra de Corbera.

Animaladas

Andrés Mayordomo, desaparecido un día como el de hoy