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Mostrando entradas de julio, 2010

El milagro del beato Carmelo

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Cada pueblo suele escoger entre sus conciudadanos alguno de ellos que se ha destacado por alguna acción o hecho memorable y lo designa, con su aquiescencia o no, como modelo y símbolo de la comunidad. En Real de Gandía, el pueblo donde vivo, este papel lo ocupa el llamado "Beato Carmelo Bolta". Nacido en una casa todavía existente en una de las esquinas de la plaza principal del pueblo, hijo de una familia de agricultores acomodados, decidió dedicar su vida a la religión ingresando en la orden de los franciscanos. Lo imagino en sus años de formación como un joven entre intelectual y aventurero al que eso de irse de misiones le debió sonar como una experiencia parecida a la que emprenden hoy miles de chicos y chicas de organizaciones no gubernamentales de camino a Nicaragua o el Gabón a salvar el mundo. El ayuntamiento, dados los 150 años que se cumplen de su sacrificio, decidió publicar un libro en honor al santo patrón en el que cuenta su historia detalladamente, desde s

El milagro del beato Carmelo

Cada pueblo suele escoger entre sus conciudadanos alguno de ellos que se ha destacado por alguna acción o hecho memorable y lo designa, con su aquiescencia o no, como modelo y símbolo de la comunidad. En Real de Gandía, el pueblo donde vivo, este papel lo ocupa el llamado "Beato Carmelo Bolta". Nacido en una casa todavía existente en una de las esquinas de la plaza principal del pueblo, hijo de una familia de agricultores acomodados, decidió dedicar su vida a la religión ingresando en la orden de los franciscanos. Lo imagino como un joven entre intelectual y aventurero al que eso de irse de misiones le debió sonar como una experiencia parecida a la que emprenden hoy miles de jóvenes en una organización no gubernamental de camino a Nicaragua o el Gabón a salvar el mundo. El ayuntamiento dados los 150 años que se cumplen de su sacrificio, decidió publicar un libro en honor al santo patrón en el que cuenta su historia detalladamente, desde sus orígenes hasta su muerte en el ma

El pulpo

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Érase una vez un pulpo alemán llamado Paul que se hizo famoso por sus pronósticos de éxitos o fracasos de los equipos de fútbol en los partidos. La verdad, no hemos avanzado mucho en 2500 años y seguimos tan ligados al deporte y a los oráculos como una vez lo estuvieron los griegos. El fútbol es otro de tantos otros mecanismos de catarsis colectiva en el que nos sumergimos para salvar tanta mediocridad diaria. Lo que no es más que un juego se convierte así en un espacio ritual de luchas tribales que diluyen en gran medida las tensiones internas y externas de los colectivos representados. La liturgia colectiva, los rituales y los cánticos de ayer inundaron una España vestida de roja. Las televisiones dieron una cobertura entusiasta, pero mientras en Madrid abundaron los grandes planos generales de la multitud, en Cataluña y en el País Vasco se mostraban planos mucho más cortos de los hinchas. ¿Casualidad?  En un país con costuras siempre a punto de tensarse el fútbol es un pegamento